EL BANQUERO DEL DIABLO


Hjalmar Schacht (imagen Wikipedia)

Hjalmar Schacht fue Ministro de Economía del Tercer Reich entre los años 1934 y 1937. Un libro y un documental denominados “El banquero del diablo” hace un repaso sobre su vida, olvidada por la historia, a pesar de que fue un hombre clave en el rearme de Alemania tras la I Guerra Mundial y que acompañó y ayudó a Hitler en su ascenso al poder.
También se le llamó el “banquero de las dos caras” pues a lo largo de su vida cambió varias veces de convicciones e ideas según convenía a sus propios intereses.

Nació en 1977 en Tinglev (antigua Prusia, actual Dinamarca) y fue un estudiante brillante y ambicioso que se doctoró en Economía y llegó a ser uno de los grandes líderes de las finanzas alemanas.
Su primer encargo importante, y que logró con éxito, fue reactivar la economía de la Bélgica ocupada de la I Guerra Mundial, tras lo cual fue nombrado presidente del Banco Nacional Alemán, puesto que le ayudó a introducirse en las redes políticas y que le proporcionó importantes beneficios económicos, a la vez que su carácter arrogante y ególatra, y su inteligencia superior,  le aportó tanto amigos como enemigos.
Estaba en contra de las disposiciones del Tratado de Versalles que obligaban a Alemania a financiar las reparaciones tras la I Guerra Mundial, por lo que fue el artífice del Plan Young, que redujo considerablemente las cantidades que Alemania debía aportar con este fin, y además logró detener la superinflación a la que estaba llegando el país, creando una nueva moneda denominada Rentenmark, cuyo respaldo no era el oro, sino otros productos de la economía nacional.
Rentenmark (imagen wikipedia)
Más tarde, en 1930, tras leer el libro “Mi Lucha” (Adolf Hitler), quedó fascinado por la personalidad y el carisma del escritor, abandonó el partido de izquierdas al que pertenecía y que había ayudado a crear, y se unió al proyecto Nazi.

Schacht jugó entonces un papel esencial en la Alemania de esta época, recaudando dinero para el partido nacionalsocialista y recolectando firmas entre los industriales alemanes con el fin de reclamar a Hindenburg, presidente de la República de alemana de Weimar, el nombramiento de Hitler como Canciller. Objetivo que consiguió al promulgarse una ley que concentraba de todos los poderes del Estado en el Fürer, dando comienzo a la Alemania Nazi.
El siguiente paso para Hjalmart Schacht fue su nombramiento como ministro de Economía, puesto que ocupó entre 1934 y 1937, y aunque Schacht creía que manipulaba a Hitler con sus propias ideas, la realidad era todo lo contrario, fue el Fürer y el resto de la cúpula Nazi la que se aprovechó de él para conseguir lograr sus objetivos.
El nuevo ministro de economía y presidente del Banco Nacional, recibió el importante encargo de rearmar la nueva Alemania, pero de una forma discreta, para no alertar a los aliados de que se estaban incumpliendo las cláusulas del Tratado de Versalles. Schacht ocultó esta financiación del ejército y armamento alemán, creando una especie de nueva moneda denominada “Bonos Mefo”. Estos bonos eran fabricados por una empresa fantasma, pero garantizados por el Estado, y, al proporcionar considerables intereses, atrajeron a múltiples inversores, entre ellos, irónicamente, a varios estadounidenses como la General Motors o Prescott Bush (padre y abuelo de dos presidentes de EEUU).
El éxito de los Bonos Mefo fue tal que el país no solo consiguió el dinero necesario para fabricar armas y municiones y para financiar el ejército, sino que logró activar la economía de tal forma que se llegó al pleno en empleo.
A partir de este momento Schacht no pudo ignorar que Alemania se preparaba para una guerra, llegó incluso a participar en debates que apoyaban el discurso antisemita, pero cuando los discursos se convirtieron en acciones de expoliación de los judíos de sus negocios y sus casas, que en un principio llegó a aprovechar en su beneficio, los actos de violencia que se sucedieron, apartaron a Schacht de Hitler, y, a partir de ese momento se dio cuenta de la manipulación a la que había sido sometido, tomando la decisión de marcharse, y, más tarde unirse a la Resistencia.
De nuevo Hjalmar Schacht cambió de bando y colaboró (aunque los nazis no pudieron llegar a demostrarlo) con la Resistencia en el atentado contra Hitler, que más cerca estuvo de eliminarlo, tras lo cual fue detenido y encarcelado en un campo de concentración junto a miles de opositores que fueron torturados y aniquilados.
Él consiguió mantenerse con vida hasta su liberación por parte de los aliados, quienes lo volvieron a encarcelar e interrogar como miembro de la cúpula Nazi y fue sometido al juicio más sonado de la historia “El juicio de Nuremberg”, del cual salió exonerado, gracias a su habilidad para convencer al tribunal de su participación activa en la Resistencia, negando toda vinculación con los crímenes del nazismo.
Tras su liberación definitiva en 1946, arruinado y marcado de por vida, se reinventó a sí mismo al convertirse en asesor financiero de países en desarrollo como Indonesia o Egipto, hasta su muerte en 1970 a la edad de 93 años

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